- Su rápida instalación en las plantas industriales.
- Su fácil programación con softwares intuitivos que permiten a los operarios configurar los robots según las necesidades de producción.
- Crear espacios de trabajo seguros y colaborativos, primero ocupándose de tareas que suponen un riesgo para la mano de obra humana y, segundo, trabajando de forma que reaccionan ante la presencia de operarios para reducir los riesgos.
- Ahorrar espacio y trasladar los brazos robóticos según los cambios de línea que sean necesarios, flexibilizando las cadenas de producción y haciendo a las empresas más ágiles.
En el caso de la Industria de plásticos, los robots pueden integrarse en casi todas las áreas de producción, ya que son capaces de realizar diversas tareas, donde lo importante es la flexibilidad y adaptabilidad, atendiendo a las necesidades de cada material y del proceso de manipulación del plástico.
Por ello no es extraño encontrar a robots en la industria de plásticos que se encargan de tareas logísticas de empaquetado y paletizado, o también han sido integrados para procesos pick & place, mejorando la precisión y evitando parones en la cadena de producción.
En otros casos, la supervisión de maquinaria, la realización de controles de calidad o la supervisión mediante CNC con cobots son otros de los motivos por los que las industrias de polímeros invierten en automatización y consiguen producciones menos costosas y más eficientes.
En todas las aplicaciones posibles de los cobots en una fábrica de plásticos, una de las grandes ventajas que se obtiene es que se reduce la exposición de los trabajadores a gases nocivos o procesos peligrosos, ya que las máquinas se pueden encargar de estas tareas.
Es el caso de las máquinas para el moldeo de plástico, además de un proceso productivo más preciso y eficiente, se evita que los operarios estén expuestos a objetos afilados, altas temperaturas o a virutas de plástico que saltan durante la manipulación del material.